sábado, 19 de mayo de 2012

La música como herramienta de inclusión


Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela

El Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela está compuesto por 250 centros de educación musical. Se trata de un sistema educativo de integración social, es decir, la enseñanza aplicada al campo social; introduciendo el arte, como valor educativo, entre el sujeto y la educación y la cultura.
Las personas, niños que sufren maltrato, exclusión y se sienten indefensos socialmente se refugian en estos centros. El trabajo social que se lleva a cabo con estas personas utiliza la música como herramienta de cambio y transformación social.
Estos centros de educación, en los cuales estas personas participan a través de la música, les dan la posibilidad de cambiar su futuro. En primer lugar, se les saca de la calle y se les ofrece la oportunidad de trabajar con el arte, de forma que su trabajo les incentiva y les impulsa a seguir creciendo. Este trabajo, que necesita de gran dedicación y colaboración grupal, aparta al individuo de los pensamientos de su propio yo para que los eleve a principios más solidarios; esto es, el trabajo personal y colectivo sitúa a los individuos en un plano menos egocéntrico.
La música tiene el poder de extraer, de manera subliminal, el gozo y la esperanza a quienes se sienten solos y excluidos. Por otro lado, el sistema siempre les brinda una oferta, una salida. Uno de sus lemas es “La música es la mejor arma contra la violencia”.
Unos 1200 niños acuden a estos centros después del horario escolar, desde la infancia hasta la adolescencia. La Orquesta Nacional se compone de aquellos individuos más destacados, por lo que se va haciendo un reconocimiento progresivo de sus mejoras artísticas.
Existe una programación habitual en Caracas y una gira mundial de los concertistas más jóvenes. Todos los progresos realizados por los jóvenes suponen una alegría y un orgullo tanto familiar como personal y social, dado que son ellos quienes representan la cultura y el arte de su país.
En otro sentido, la música constituye, igualmente, un elemento rehabilitador en niños con diversidad funcional a los que la práctica rítmica e instrumental fortalece. De este modo, se rompen viejos paradigmas que presuponen y coartan la iniciativa de estas personas, en lugar de buscar sus potencialidades.
La música influye sobre nosotros, potenciando nuestra sensibilidad para adquirir mayor riqueza al involucrarnos con los demás. Hay que proponerse hacer lo que uno quiere, esa propuesta es un don del ser humano: “İ Haz lo que tú puedas!”, “ İ Hazlo!”.
Otro de los ámbitos que se trabaja desde la música es el de la cárcel, utilizando esta herramienta como medio resocializador y de inserción social. El encierro en estos centros permite disponer de mucho tiempo, por lo que se pueden dedicar muchas horas a trabajar con la música y poder realizar después un inserción real en la sociedad. Se trata de escuchar, entender a estas personas para poder actuar con ellas. La falta de libertad deprime por lo que la motivación debe ser duradera. Se realiza un trabajo de estudio completo y son incentivadas con becas. Los adultos a través de la música pueden obtener otra visión de las cosas. Su estudio no sólo es para lograr ser músico sino para que se produzca un cambio. Este cambio se realiza con profesionales modélicos, capaces de separar lo profesional de lo emocional, dando ejemplo. La música como educación también aporta valores sociales. De los 1800 internos atendidos, pocos son los que han vuelto a la cárcel puesto que se plantean retos y metas que les fortalecen para no volver a reincidir.
Este sistema crece y pretende instalarse en todos los rincones del país. Con una persona guía se consiguen objetivos más continuos, duraderos y valedores. Así se ha creado la Orquesta Juvenil del Orinoco. Lo que se pretende es crear proyectos con continuidad de futuro. Su objetivo es llegar a diversos  contextos y colectivos.
Este modelo no discrimina el acceso a la cultura elitista; para llegar a ella no se puede empezar desde abajo puesto que así nunca se llegaría arriba. La música encierra una dimensión social en donde la repetición, la disciplina, el orden de trabajo, la creación del grupo, la igualdad, etc. son elementos imprescindibles. La música no sólo es aprendizaje, tiene una finalidad en sí misma al hacer que el ego personal trascienda, dotando de sentido a la vida personal y social. Permite, así mismo, la apertura de redes sociales, formar parte de colectivos y establecer contactos continuos.
“La riqueza material será extinguida por la riqueza espiritual”.



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