Shariff,S.(2007)
El velo del miedo.Barcelona:Círculo de Lectores,S.A.
Samia Shariff nació en los años
sesenta, en el seno de una familia argelina acomodada en Francia, que años
después regresaría a Argelia. Un amigo la convenció para que diera a conocer su
trágica pero verídica historia. Así nació “El velo del miedo”, un testimonio de
un valor excepcional que permite conocer el coraje de una mujer que se enfrentó
a sus creencias y a su cultura. Samia Shariff es un seudónimo, porque ella aún
arrastra el miedo con el que vivió la mayor parte de su vida.
Samia nació en Francia, a pesar
de que tiene de todo no sabe lo que es la felicidad. Su familia, con origen
Argelino tiene algo muy claro: “un hijo es una bendición pero el tener una hija
e una maldición, es la peor de las desdichas”.
Con sólo quince años la obligan a
casarse, le guste o no, con un hombre totalmente desconocido para ella. Los
recuerdos que ella tiene de su infancia son sólo palizas y amenazas, pero eso
no es lo peor porque ahora queda bajo la custodia de su marido, un integrista
que abusa tanto física como psicológicamente de ella, día tras día sin
descanso. Se queda embarazada, y tras dar a luz a un niño se da cuenta que la
vida de ese niño, de su hijo está totalmente planificada: “se irá con sus
abuelos a Argelia” según la dice su madre lejos de la mala influencia de ella.
Este impresionante libro nos
describe la cruenta realidad de estas mujeres: hijas, madres, esposas, esclavas
de una visión fundamentalista del Islam.
Samia es obligada por su marido a
volver al país de sus raíces culturales, Argelia, allí se adentra en un mundo
donde el integrismo está en su plenitud, pero ella ya se siente atada desde su
nacimiento al yugo del hombre y sus terribles abusos.
Astiada, agotada un día decide
romper con todo lo que la rodea, la familia, la sociedad y huye de Argelia a
Francia con la ayuda de su nuevo marido después de conseguir divorciarse.
Pasa muchísimos problemas y
después de mucho luchar consigue vivir en Canadá y comenzar, ahora sí, una
nueva vida.
Samia perdió a su familia pero
obtuvo algo que jamás había sentido: “ser
una mujer libre, consciente y digna de ello”.
El respeto hacia esta mujer, es
la primera entre otras muchas palabras de alabanza que se vienen a la mente
después de haber leído su historia, donde la sinrazón, la tortura, la opresión,
la impotencia son su pesadilla, pero que abre la mente a una realidad no tan
conocida como realmente pensamos.
Por desgracia las mujeres de todo
el mundo, no sólo las musulmanas, están bajo la influencia de unas costumbres
arraigadas, de una cultura donde están en muchas ocasiones detrás de la sombra
alargada del sexo masculino y apisonadas por su violencia. Como Samia dice en
su libro: “El Islam es una religión
tolerante y sencilla, son los hombres los que la interpretan a su antojo,
deformando las palabras de Dios y el profeta, para poder someter a la mujer”.
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